AUTOTRANSPORTE: EL DOLOR DE CABEZA DE LA INDUSTRIA Y COMERCIO EN MÉXICO (2)
El artículo anterior se enfocó en crear conciencia sobre la relevancia del transporte dentro de las empresas mexicanas y los retos a los cuales se enfrentan para operar de manera óptima. Dentro de los cuales se encuentran la austeridad en los procesos de recolección, almacenamiento y consolidación de datos maestros; y la falta de gestión y análisis de las etapas del ciclo del transporte. Estas deficiencias dentro del área de transporte pueden ser atacadas mediante recursos tecnológicos, sin embargo, hay otras áreas de oportunidad que para ser mejoradas implican un mayor esfuerzo en la atracción y reestructuración del capital humano.
A continuación, se presentan otros retos del área de transporte que están identificados como problemas de colaboración y falta de especialización del personal. A pesar de ser un obstáculo que constantemente es puesto sobre la mesa de altos directivos, existen pocos agentes accionando soluciones para esto.
1. Colaboración baja o nula entre funciones, proveedores, clientes y operadores de transporte.
La optimización del autotransporte demanda habilitar una agenda de colaboración y comunicación interfuncional e incluso inter-compañía. Históricamente, las área y equipos de transporte se han visto como equipos de trabajo ajenos a la planeación táctica y/o a las áreas de servicio a clientes. Son esos “entes” raros que saben mucho de operación, pero no del negocio. Por otro lado, en las agendas Top to Top entre clientes – proveedores, el autotransporte no suele figurar como prioridad. Esto debe cambiar; se deben implementar programas de transformación cultural para lograr un acercamiento e integración entre el autotransporte y el resto de las funciones de la Cadena de Suministro. Además, esto se debe extender hacia acuerdos inter compañías que tengan como base el objetivo común de lograr reducir los tiempos muertos de las unidades y a la vez, maximizar el servicio en pro de todas las partes.
2. Falta de especialización de funciones.
En el área de transporte se suele agrupar y simplificar distintas actividades e indicadores de gestión a medir en un solo responsable, sin embargo, la especialización de funciones garantiza un mejor desempeño, productividad del transporte dentro de la compañía y evita contar con roles que sean juez y parte en la búsqueda de productividad de las unidades. Un buen comienzo es contar con estas cuatro aristas:
- Planeación y programación de transporte:
Se encarga de prever las unidades que se necesitaran para atender la demanda del producto y programar cada tracto a su ruta óptima.
- Operación de transporte:
Función que asegura la ejecución de la operación del transporte de acuerdo a su programación.
- Gestión del ciclo de transporte:
Una torre de control que vele por el resguardo de la mercancía transportada, sus tiempos de ciclo y solución de incidencias.
- Mantenimientos preventivos:
Función que monitorea y gestiona los mantenimientos preventivos de las unidades con la intención de reducir las incidencias de mantenimientos correctivos.
3. Falta de disciplina operativa
La falta de colaboración e indisciplina de los operadores de autotransporte representan dos de los mayores retos para incrementar la productividad de los tractocamiones, ya que estos operadores son el pilar de la industria. Según la SCT, en el 2018 sólo había 2.8 unidades disponibles con una antigüedad promedio de 18 años por cada operador dentro de la industria del transporte. Aunado a esto, la afiliación a sindicatos da un alto nivel de apalancamiento a los choferes. Por estas razones, la oferta de conductores de tractocamiones en México es muy limitada, lo que hace que múltiples empresas toleren la indisciplina de éstos creando un círculo vicioso. Es probable, que sea necesario incursionar iniciativas a nivel sector o geografía (agrupando empresas) que formalicen el desarrollo profesional de operadores; esto puede ser redituable, siempre y cuando se integren incentivos sociales, económicos y de desarrollo personal.
El transporte tiene un alto impacto en los resultados de la mayoría de los negocios. En México, el uso del autotransporte es altamente extendido y no se visualiza que esto vaya a cambiar en el corto plazo. Estas condiciones demandan que el C-Level de los negocios integre estrategias para cambiar las condiciones desfavorables bajo las cuales opera. El primer paso en la agenda demanda un enfoque hacia la optimización continua de los recursos involucrados, sin embargo, el hacerlo enfrenta fuertes barreras que van más allá de los temas normalmente relacionados al transporte. La alta dirección debe implementar una agenda integral con estos temas si busca que el transporte pase de ser un dolor de cabeza a una ventaja competitiva.
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